domingo, 29 de junio de 2014

Spec Ops: The Line

Desarrollador: 2K Games / Plataforma: PS3, PC, Xbox 360 / Año: 2011


Un género muy recurrente en los videojuegos es la guerra, pero en lo personal no es mi favorito, a pesar de que tengo algunos juegos; la razón es que en muy contadas ocasiones la historia es buena y va más allá de disparar de punto X a Y. Pero un día, navegando por internet me encontré una joyita: Spec-Ops The Line. El cual, lo primero que me atrajo fue su visual, y después descubrí que contaba una historia de guerra real y eso me generó la intriga suficiente para comprarlo.

El ejército americano ha enviado al Capitán Marvin Walker junto a su equipo, compuesto por el Teniente Alphason Adams y el Sargento John Lugo, son enviados a Dubái, país que por más de seis meses ha sido azotado por las peores tormentas de arena de la historia, y ahora se ha vuelto tierra de nadie. La razón de esta incursión es una misión de reconocimiento, ya que el ejército recibió un mensaje del Coronel John Konrad, que cuando Dubái estuvo en su mayor crisis fue enviado para ayudar con la evacuación de los civiles, pero una vez la fuerza de las tormentas aumenta, reciben órdenes de abandonar la ciudad, cosa que no hacen ya que Konrad deseaba resarcir los daños a su nombre en una misión pasada y se queda dentro de Dubái.

Ahora, Walker ha entrado a este lugar perdido de la vista de Dios, con una misión de reconocimiento. Como primer objetivo está encontrar el origen de la señal, el cual cumplen al poco rato y descubren que es una baliza con un bucle de señal. Pero de manera casi inmediata son atacados por unos insurgentes y el equipo debe responder al fuego enemigo. Al final de la confrontación, logran encontrar a un miembro del grupo de Konrad, quien moribundo les indica que se han llevado a su compañero. Así que Walker y compañía deciden dejar a un lado la misión de reconocimiento y tratar de ayudar al soldado.

A partir de aquí todo es un viaje al infierno en donde ningún personaje es lo que parece ser y los más bajos instintos se muestran. Walker, pese a las negativas de Lugo ya que van en contra de la misión, decide adentrarse cada vez más en el desierto para tratar de entender que ha pasado con “Los Malditos del 33”, como se autodenominaba el equipo de Konrad. Y más cuando agentes de la CIA hacen acto de presencia y mismo miembros del 33 se han revelado contra Konrad, lo cual empeora cuando Walker descubre que ha sido al revés, Konrad es el que se ha vuelto contra miembros de su equipo.

La verdad, hay que ser sinceros, esta historia es muy similar a la película Apocalipsis Ahora, pero solo en un comienzo, ya que a lo largo del juego, esto comienza a tomar su propio camino y se vuelve un viaje que en verdad sorprende. Del cual no puedo hablar mucho ya que se arruinaría la historia, pero sería igualmente disfrutable.

Sin contar los apartados técnicos hay dos cosas que realmente me sorprendieron en esta experiencia, por un lado está la historia, ya que por primera vez a lo largo de todo el juego sentí que los horrores de la guerra estaban presentes, no es el clásico juego donde el protagonista es Rambo y mata a todos sin problema, aquí realmente hay ocasiones en donde el matar es lo más cruel que puede existir y las consecuencias de lo que vemos son desgarradoras, por ejemplo los resultados de cuando somos atacados con fosforo blanco, esa escena a pesar de que ya había escuchado como sucedía, al verla fue realmente incómoda. Otro factor que me gustó mucho fue el viaje que sufren Walker, Adams y Lugo. En el tramo final ya no son los mismos personajes, aquel grupo de amigos que incluso hacían bromas de pedos, ahora han cambiado, incluso visualmente cuando el rostro de uno de ellos queda derretido por fuego, eso es algo que no siempre se ve en un juego, e impacta. Como dato extra, aplaudo el uso de las pantallas de carga por parte de los desarrolladores, ya que al comienzo estas son optimistas y “buenas”, y conforme avanzamos en el infierno, las pantallas no permiten que se nos olvide eso.

Debo de resaltar que hubo dos factores extras que generaron esa inmersión en mí. Por un lado están las gráficas, que simplemente se me hicieron hermosas, el poder ver esa ciudad gigante enterrada en la arena, y los colores amarillo y naranja como protagonistas fue simplemente bello. También el apartado sonoro, tanto efectos sonoros como banda sonora; este fue el primer juego que pude comenzar y terminar con audífonos para videojuegos y la experiencia fue magistral.


Pero como siempre, no todo puede ser perfecto, y en los gráficos pasaba algo muy molesto y era el que tardaba “mucho” tiempo en renderizarse. Y casi siempre que te mataban, o iniciabas un nuevo nivel, todo comenzaba a verse mal y poco a poco mejoraba. Ese es realmente la mayor queja que tengo para el juego, lo que es bastante bueno.

Así que si tienen la oportunidad de jugarlo, háganlo, no se arrepentirán.

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