Dirección: Nicholas Stoller / Guión: Andrew J. Cohen &
Brendan O’Brien / Año: 2014
En lo personal me puedo autoclasificar como una persona que
le gusta ver de todo tipo de películas, aunque no todas me atraigan, así puedo
ver algo de “arte”, como algo conceptual, algo serio, cómico, da igual. Al
final de cuentas lo importante es que me atraiga su premisa y concepto.
De igual forma soy alguien que, lo admito, me gustan las
malas películas, pero aquellas películas que están hechas para ser mala, y no
tienen delirios de grandeza, y gracias a lo mismo, se vuelven muy divertidas y
funcionan perfectas para pasar el rato.
Desde hace unas semanas he estado con las ganas de ver una
comedia adolescente puberta, algo así como “American Pie” o similares, por lo
cual le di una oportunidad a ésta película. En donde conocemos a Mac y Kelly,
un matrimonio joven, que acaba de tener a su primer hija y están en esa crisis
que les da al sentirse jóvenes, pero ya no poder hacer nada de su antigua vida,
debido a los compromisos que acarrea el comprar una casa y tener una familia.
Un día, descubren que la casa vecina ha sido adquirida por
una fraternidad, encabezada por Teddy y deciden que se harán amigos de ellos,
para de esa forma disfrutar un poco de la juventud y a la vez que tendrían
posibilidades de pedirles que bajen el volumen de la fiesta, por el bien de su
hija.
Y al comienzo todo está bien, Mac y Kelly embonan bien con
los jóvenes… la primer noche, pero la segunda noche, que continúa la fiesta,
sólo les queda la posibilidad de llamar a la policía para que apaguen el ruido
y esto, que rompió una promesa hecha la noche anterior, desencadenará una
guerra entre ambos bandos, las cuales tendrán consecuencias a gran escala.
Esta es una de esas películas que debes de estar en el mod
para verlas, ya que tienen chistes simplones, en algunos casos obscenos, aunque sorprendentemente los menos, y chistes
recurrentes. Pero a su favor debo de decir que en más de una ocasión las risas
que nos provocaban eran genuinas. Y eso es bien recibido.
La mecánica que manejan de te hago una y espero el golpe,
aunque común, generaba situaciones buenas, en especial la maquiaveles de Kelly
en el plan “Hermanos sobre chicas”, esa parte fue la que más me agradó de la
película.
Una queja que tuve, fue que la “confrontación” final no
estuvo a la altura de las situaciones previas y también faltaron consecuencias
reales para ambos bandos. Ya que al final, aunque si cambian las vidas de los
personajes, no son precisamente a causa de las riñas, sino de asuntos ajenos.
Hay que ser sinceros, esta película es mala y si no te
gustan las comedias simplonas, huye lo más rápido que puedas; pero por otro
lado, si lo que buscas es pasar un rato de diversión, que no te haga pensar y
no te importe olvidarte de ella en dos días, esta opción es buena, para verla
con amigos y tragando como cerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario