Desarrollado: Vatra Games / Plataforma: PS3, Xbox360 / Año:
2012
Al universo de Silent Hill le tengo un cariño muy especial
desde que salió el primer juego. He vivido diversas aventuras en sus tierras ya
sea jugando, leyendo comics, viendo las películas y guardo con grato recuerdo
aquellas experiencias, repitiéndolas de tanto en tanto. Lamentablemente, como
todo lo que se usa mucho, comienza a desgastarse. Cuando salió Downpour las críticas
fueron mezcladas, los comentarios de los jugadores de igual forma. Algunos
creían que era un regreso a los orígenes de la saga y otros que era otro puñado
de tierra en su tumba. Yo como buen fanático llegué a este juego no con la
mente abierta, sino deseando que fuera un buen juego y la experiencia que tuve
fue mezclada.
Somos Murphy Pendleton, un criminal encarcelado y que al
despertar de un sueño en donde matamos a otro prisionero y antiguo vecino,
seremos trasladados a otra prisión, acompañado por otros reclusos. Durante el
viaje y al acercarnos a Silent Hill, el camión en el que viajamos sufre un
accidente y todos los presos son liberados. Nuestra misión es escapar del
lugar, antes de que la policía llegue. Así llegaremos al pueblo de pesadillas
en donde nada es lo que parece y tendremos que expiar nuestros pecados.
Si se es fanático de la saga, bien sabemos que existen dos
tipos de pueblos. Y para los que no lo son les comento que uno está enfocado en
Alessa y toda la mitología alrededor de ella y otro en dónde Silent Hill es más
un infierno en la tierra, donde los culpables son castigados y en algunas
ocasiones tienen una última oportunidad de redención, pero no siempre. En
Downpour visitaremos éste segundo pueblo y conoceremos las tragedias que
envuelven la muerte del hijo de Murphy, el odio de Anne, y como ya dije, todos
los pecados que cometió nuestro protagonista.
La razón de por qué tengo sentimientos mezclados a éste
juego son las siguientes. Aunque no es la mejor historia contada en Silent
Hill, si es una bastante buena e interesante. Al descubrir quién es la persona
que asesinamos al inicio del juego no podemos más que apoyar a Murphy y
preguntarnos ¿por qué está siendo castigado por ello? Así que queremos
averiguar que más se esconde en esa historia y cada paso que damos nos comienza
a aclarar la situación. De igual forma, los personajes que nos acompañan son
bastante interesantes en mayor o menor medida, reconocimiento especial a la
Monja, Howard Blackwood y el Hombre del Saco. La ambientación es bastante
buena, da miedo y me encantó el hecho de que es más peligroso el exterior que
los interiores.
Pero tristemente no todo es bueno y tiene algunos errores
bastante importantes como para no tomarlos en cuenta. El principal y más
poderoso error que tiene es la carga del juego. Los diseñadores trataron de
crear un juego en dónde el jugador no debe de preocuparse por guardar, así que cada
vez que entramos a una nueva área, el juego hace una mezcla de cargado/guardado
que traba la fluidez de la aventura, y
en alguna ocasión puede llegar a provocar un doble cargado. Este detalle es
constante y permanente, tanto así que a la mitad de la aventura ya sabremos
perfectamente en dónde nos va a suceder. También la reacción del personaje no
es tan óptima y en más de una ocasión estaremos golpeando al aire sin parar,
también le pasa a los enemigos. Por suerte, esto no llega a un nivel que imposibilite
seguir adelante, pero es bastante molesto que siempre suceda.
Otra falla importante que tiene, mas no es error, es la libertad de movimiento que nos da. En
ésta ocasión nos quisieron dar un semimundo abierto, en el cual ir y venir a
nuestro antojo, complementado con misiones extras, de las cuales algunas son
bastante buenas, pero otras para nada. Y la falla no viene en la calidad de las
misiones, sino en que se pierde la tensión de la historia al poder movernos por
todos lados. Algo que en los otros juegos era uno de sus puntos fuertes era la
imposibilidad de escapar del pueblo, saber que solo había dos caminos el de
adelante y el que habíamos dejado atrás, eso nos generaba un temor total a lo
desconocido, y aquí se pierde.
Y por último, el
tercer factor son los finales, ya que aunque funcionan para la historia, les
faltó ese algo que los vuelve épicos, recordando los finales de las otras
aventuras, en éste funcionan, pero no te dejan pensando.
A pesar de todo lo anterior, la verdad es que disfruté volver
a Silent Hill y el juego logró sacarme uno que otro susto. Y creo que a futuro
tendré gratos recuerdos de ésta aventura y por suerte no me causó lo que otras
sagas gastadas me han provocado. Sigo esperando el volver a visitar ese pueblo
tranquilo y mortal.
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